Para muchas personas, el mero hecho de pensar en acudir a la clínica dental supone un mal trago. Está comprobado pero, que el seguimiento de los cuidados orales junto con las limpiezas dentales y los chequeos orales reducen las probabilidades de padecer problemas de salud oral. Cepillarse los dientes dos veces al día y pasarse el hilo dental a diario es vital si quieres mantener las encías y los dientes sanos, pero algunas investigaciones recientes han apuntado a que existe una conexión entre la genética y la salud oral.

¿Existe alguna conexión entre los factores genéticos y la salud oral?

Varios estudios han demostrado que los genes tienen una influencia substancial en numerosos aspectos de nuestra vida, incluyendo la salud de nuestros dientes y encías. La propensión individual al desarrollo de caries y enfermedad periodontal está marcada en gran parte por la composición de los tejidos y el funcionamiento del sistema inmunitario, algo determinado en parte por los factores genéticos.

Esto nos ayuda a explicar porque algunas personas que cuidan la sonrisa religiosamente padecen caries mientras que otras personas que pasan de ello, no han padecido nunca un problema de salud oral. Varios estudios apuntan a que las personas que tienen más problemas en su boca, comparten ciertas características genéticas. Entre estos factores están unos surcos profundos en los dientes, una mala alineación dental o la ausencia de un factor neutralizador en la saliva que ayude a eliminar el ácido que provoca las caries. Estas características crean condiciones favorables para la supervivencia de las bacterias que provocan las caries.

La enfermedad periodontal es otra preocupación dental que está relacionada con la genética. Los pacientes con un historial familiar de periodontitis corren un riesgo mucho más elevado de desarrollar infección en sus encías. La habilidad para frenar estas enfermedades también tiene que ver con la genética y con la fortaleza o debilidad del sistema inmunitario.

Todo esto no significa que el mantenimiento de buenos hábitos de higiene oral sea menos importante para mantener una buena salud dental. Sin embargo, el factor genético debe tenerse en cuenta a la hora de aumentar las medidas preventivas en aquellos pacientes que muestran una mayor propensión a las infecciones dentales y gingivales.