El equipo profesional de Dent Al nos ocupamos también de determinados trastornos que, si bien en ocasiones no tienen su origen en la boca del paciente, sí que conllevan afectaciones a nivel bucal. Dichos trastornos son el bruxismo y el ATM. Gracias a una detección por parte de nuestros odontólogos, podemos estudiar cada caso, diagnosticarlo y, finalmente, tratarlo.
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BRUXISMO
El bruxismo es el acto de apretar continuamente las mandíbulas cuando no se está comiendo o de rechinar los dientes inferiores y superiores. Sea cual sea el comportamiento, este acto se lleva a cabo de forma inconsciente. Si tenemos en cuenta que el bruxismo se suele producir antes de la fase de sueño paradójico o REM, resulta evidente que sea imposible prevenir y controlar.
¿Y cómo detectamos que un paciente sufre bruxismo?
El odontólogo es quien, durante las visitas periódicas, diagnostica el bruxismo por el evidente desgaste de los dientes producido por la presión de las mandíbulas mientras se está durmiendo, una presión mucho más fuerte que la que realizamos cuando estamos despiertos. Los dientes y las prótesis dentales pueden verse gravemente afectados, así como las mandíbulas y otras zonas del rostro, que pueden estar doloridas. Para reducir o prevenir el desgaste dental se suelen utilizar férulas de descarga o placas oclusales. Las férulas de descarga son unas fundas para toda la arcada dental que se colocan por la noche para que el paciente no pueda presionar los dientes.
¿Y si no se trata?
Como siempre, el no tratamiento de cualquier afectación bucal puede tener consecuencias muy negativas, no solo en la boca del paciente sino también en su salud en general: hablamos de retracción de las encías, fracturas en los dientes, pérdida de tejidos dentales, riesgo de infección y dolores en las articulaciones y los músculos. El bruxismo, si no se trata, también puede provocar dificultades para masticar, hipersensibilidad al frío y al calor, cambios en las articulaciones temporomandibulares, dolores de cabeza y cervicales e, incluso, afectaciones estéticas en el rostro y la sonrisa.
¿Y dónde debemos buscar la causa que provoca este comportamiento involuntario?
Concretamente son cuatro las causas que pueden provocar el bruxismo: un trastorno de ansiedad o de estrés, una alteración de la oclusión dental, es decir, una mordida que no encaja perfectamente, un trastorno del sueño que provoque una tensión en la mandíbula y el consumo de tabaco, cafeína y alcohol.
ATM
Directamente relacionado con el bruxismo, la disfunción de la ATM es otra afectación que se produce cuando existe algún problema entre el músculo y la mandíbula de la cara. Pero ¿qué significa ATM?
Se trata de las siglas de Articulación Temporo Mandibular. Es la articulación que conecta la mandíbula con los huesos temporales del cráneo.
La ATM suele causar dolor y disfunción en articulaciones y músculos que se encargan d el movimiento de la mandíbula.
¿Podemos prevenir este trastorno?
Efectivamente, es posible prevenir las disfunciones de la ATM controlando los factores que lo provocan. Y ahí es donde entra en juego nuestro equipo de odontólogos. Realizarán un estudio detallado del caso y plantearán el diagnóstico y el tratamiento al paciente.
¿Y cuáles son los tratamientos para la disfunción de la ATM?
Según el caso estudiado, el odontólogo puede plantear un tratamiento de ortodoncia, si la causa es una maloclusión dental; una férula de descarga si el origen es el bruxismo; una sencilla modificación de hábitos posturales; el uso de aparatos intraorales si lo que se debe tratar es una alteración del sueño…
Bruxismo y desajustes en la ATM son trastornos cuyas consecuencias se pueden tratar. Deja que los profesionales de nuestra clínica te asesoren sobre ello.