Uno de los aspectos que más incide en disfrutar de una bonita y sana sonrisa, junto con una estricta higiene dental, son los hábitos de alimentación que seguimos en nuestro día a día.
Por ello, hoy te presentamos los alimentos y bebidas más perjudiciales para tus dientes, aquellos que deberías evitar o reducir al máximo posible en tu dieta diaria.
Tampoco se trata de que te obsesiones en exceso, pero sí queremos que seas consciente para que los consumas de forma moderada y minimices los daños en tu dentadura.
¿Empezamos?
Dulces, caramelos y chucherías: Aléjate de ellos todo lo posible para evitar las caries
Como ya hemos explicado anteriormente en este blog, los restos de comida que contienen azúcar y que se quedan en nuestra boca, se convierten en ácido que ataca y destruye el esmalte del diente (la parte más externa de la pieza dental).
Por ello, el azúcar es el mayor responsable de las caries. Además, tampoco ayuda el momento en el que solemos comer este tipo de alimentos: la mayoría de veces entre horas o como postre.
Es muy importante que reduzcas su consumo y que, cuando lo hagas, te cepilles los dientes. Si no puedes en ese momento, una buena opción sería masticar algún chicle, por supuesto, ¡sin azúcar! (si no estarás en la misma situación).
Refrescos y zumos: Una gran cantidad de azúcar repartida por toda tu boca
Bebidas energéticas, refrescos y zumos industriales: todos ellos tienen un gran porcentaje de azúcar añadido para realzar su sabor. Además, muchos refrescos también contienen otras sustancias nocivas para el esmalte del diente como ácido carbónico o cítrico.
Evita su ingesta lo máximo posible y cuando lo hagas, intenta beber agua después para crear más saliva y proteger tus dientes.
Cítricos y fruta deshidratada: Cuidado con el esmalte de tus dientes
Los cítricos van directos a erosionar el esmalte de nuestros dientes e incluso podrían llegar a ser causantes de la sensibilidad dental.
Por eso cuando tomes, por ejemplo, zumos de naranja, hazlo con pajita y lávate después los dientes si no quieres que se vayan volviendo más amarillentos con el paso del tiempo.
La fruta deshidratada, además, suele ser pegajosa, por lo que se adhiere con más fuerza a las piezas dentales, favoreciendo así la creación de placa dental.
Vinagre: Otro gran enemigo del esmalte de tus dientes
El vinagre está compuesto de ácidos dañinos para nuestros dientes. Por esta razón, refuerza la higiene de tu boca cada vez que tomes vinagre o productos bañados en ellos como pepinillos, ajos o cebollas.
Vino, café y té: Evítalos para conservar el blanco de tu dentadura
El problema principal del vino, del café y del té es que van progresivamente tiñendo los dientes y provocan que pierdan su blanco original.
Por otro lado, el alcohol deshidrata, por lo que reduce la cantidad de saliva y deja la boca más desprotegida.
Frutos secos duros, hielo o palomitas: Cuidado con las fracturas del esmalte
Masticar hielo, comer frutos secos duros o los granos de las palomitas y pelar pipas con los dientes puede darte algún que otro susto, como fracturar y agrietar el esmalte de tus dientes. Así que cuando los comas, ¡ve con cuidado!
Esperamos que este artículo te haya sido de utilidad. Y recuerda que, aunque sigas estas recomendaciones a rajatabla y mantengas una exhaustiva higiene diaria, es muy importante que te realices una limpieza bucal al menos una vez al año para eliminar todo el sarro de tus dientes y evitar problemas futuros.
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